EDUCACIÓN = FUTURO^ETERNALY

Recientemente he notado algo raro, algo que nunca antes había sentido y no sé porque ahora sí. A veces cuando paso al lado de un grupo de tíos echando una pachanguita y haciendo el ridículo noto como una especie de desprecio por aquellos que no saben jugar al baloncesto. No es algo que quiera sentir, me siento mal al sentirlo porque es un sentimiento hipócrita (ya que no puedo decir que yo sí sepa jugar), me desprecio a mi mismo cuando desprecio este tipo de cosas porque, y espero que estemos todos de acuerdo, no saber hacer o no ser capaces de hacer ciertas cosas no es motivo de desprecio no nos hace menos dignos ni menos nada, cada cual tiene sus propias aptitudes físicas, intelectuales, psíquicas, etc. Todos tenemos habilidades, innatas o adquiridas, que conforman un potencial para lograr todo tipo de cosas, objetivos, metas, retos y/o superar obstáculos, dificultades, restricciones, problemas e incluso a nosotros mismos. Nuestro potencial, el potencial para desarrollar nuestras capacidades, es el potencial de ser seres humanos, es el potencial de la vida. Somos lo que hemos potenciado y más importante podemos ser mucho más si seguimos alimentando ese potencial. Sin embargo me cuesta dios y ayuda no caer en el desprecio hacia alguien que simplemente pasa de su potencial (que no es el caso de los que no saben jugar a baloncesto, eso es sólo un eufemismo para ejemplarizar la explicación de mi desprecio), no soy capaz de ver la dignidad en las personas que lo rehúsan y menosprecian el valor de la vida, de su vida. Pero aun mayor aversión me causan aquellos que se lo permiten porque tampoco son capaces o no quieren valorar el desperdicio de potencial y la pérdida de futuro y el daño al mundo que supone ese abandono. Aunque lo que verdaderamente me aterroriza es que por encima de todos hay un pequeño grupo que se aprovecha y que calcula como seguir sacando beneficios de este desastre. A ellos, al los que destruyen el futuro, aquí y ahora yo les declaro la guerra.