Cuando eras
pequeño te inundaban de cuentos….que si Caperucita y el temible Lobo Feroz, Blancanieves
y los siete enanitos.
También
había brujas malas-malísimas, que te
aterraban con sus manipulaciones, pócimas y encantamientos.
Aunque siempre
alguien salvaba a tu ídolo; o bien aparecía un Príncipe en el momento más
crucial, o por muy mal que se presentaran las cosas se personaba, no sabemos desde
donde, un Hada, que con su varita mágica concedía varios deseos.
También
podías frotar una vieja lámpara y te salía un fantástico Genio.
Había otras historias,
donde el protagonista era un gigante para los habitantes de un diminuto país.
Bueno hay
cientos de ellos que conocemos y desde mi niñez hasta hoy, han seguido
apareciendo miles de historietas o fábulas maravillosas, que a los niños les abducen
totalmente.
En aquella época
eras feliz, porque te creías todos los cuentos y para ti esos personajes eran perfectamente
reales.
“no me mientas que si lo haces te crecerá la
nariz como a Pinocho”, te decían.
Y claro, cada vez que
lo hacías corrías ante un espejo a comprobar cuanto se había alargado tu nariz.
Es una verdadera pena que con el paso de los años, se nos van cayendo todos esos
mitos. Crecemos y poco a poco dejamos de creer en Caperucita y sus amigos.
!!! qué
triste es la fiesta de los Reyes Magos, cuando eres adulto ¡¡¡
A pesar de
ya estar muy de vuelta de muchas cosas, no me resisto a compartir con vosotros,
un cuento que he aprendido hace muy
poco, así que este “juntaletras” de hoy, será púes un cuento, pero un cuento
para adultos.
No pretendo que sea como el famoso y necesario “Principito”,
pero voy a poner buena intención, para que resulte bonito y la moraleja sea
aprovechable o por lo menos os haga reflexionar.
HABÍA UNA VEZ…………. un muchacho, llamado Nauzet, que vivía en un País donde
hacía muchos años habían pasado cosas terribles entre los habitantes del mismo.
Nauzet, no vivió aquellos tiempos, pero sus padres sí y los padres de otros niños como él y los
amigos de los padres.
Ese recuerdo de aquellos tiempos pasados, estaba
continuamente presente en la vida del pequeño Nauzet y condicionaba cada cosa
que hiciera o pensara. Igualmente ocurría con los adultos.
Nauzet, no
tenía una muy buena relación que digamos con su padre. Cito, que así se llamaba.
Era un señor muy rígido en su forma de actuar (aparentemente) y eso a Nauzet no
le gustaba nada, porque no comprendía tanta intolerancia hacia la mayoría de
las cosas, pensamientos y forma de vivir.
Eran tiempos
donde fuera de casa se actuaba diferente al interior. Siempre sobrevolaba el “qué dirán”, adoptándose una actitud
totalmente falsa e hipócrita.
Además añadiremos que en determinados momentos de la
infancia, nuestro protagonista llegó a tener verdadero pánico de Cito.
Según Nauzet iba creciendo, las relaciones con Cito se fueron
deteriorando en exceso. Hasta pasar del miedo a una triste indiferencia que
además era mutua. Jamás había dialogo y si se hablaba de algo era para
reprender la conducta de Nauzet, en el colegio o en cualquier acto familiar.
Las comidas eran especialmente tristes donde nadie hablaba, no había nada que
compartir, solo el silencio y la indiferencia.
Nauzet tuvo
que buscarse “la vida” para sobrevivir mentalmente. Muchas dudas, mucho dolor
producido por la intolerancia de Cito. Jamás tuvo un adulto como referente valido
y cercano en su vida, algo tan necesario para la formación de cualquier joven.
Esto llevó a este
muchacho a cada vez encerrarse más en sí mismo y tener que descubrir “la vida” y solucionar solo, sus pequeños aunque para él “grandes problemas”.
El muchacho
siempre decía que su proceso fue como el niño del “Libro de la Selva” (otro cuento maravilloso), que había caído en el
bosque y sin saber cómo consiguió sobrevivir.
Pero Nauzet siempre fue consciente de que igual que
consiguió sobrevivir pudo perfectamente ser devorado por las fieras del bosque.
Nauzet fue pasando
de un niño miedoso a un adolescente, digamos que bastante radical, tanto en sus
pensamientos como en sus quehaceres.
El
sobrevivir de la “selva” le hizo bastante fuerte y casi indirectamente fue sin
saber, lo mejor que Cito hizo por Nauzet; aunque el riesgo fue sin duda muy
alto, pues perfectamente pudo no sobrevivir.
Se fue convirtiendo poco a poco en un pequeño líder dentro
su clase y también en los círculos que frecuentaba. Había desarrollado una
fantástica capacidad de liderazgo, que arrastraba a bastantes “colegas” detrás
de él.
Esto fue un
proceso donde Nauzet, descubre que para no ser agredido es mejor ser tú el que
agredes primero.
Tengo que decir que Nauzet no se peleaba (jamás se peleó físicamente
con nadie), ni era agresivo, era mucho más grave, buscaba la forma de que otros
lo hicieran por él.
Reunía todas
las condiciones para terminar socialmente mal.
En el colegio se
convirtió en un elemento indeseable, mal educado, contestón, sin respeto a los
mayores y empezó a frecuentar eso que su madre Elena, siempre le avisaba…”ten cuidado las malas compañías”.
Elena su madre, fue también víctima de Cito pero o bien, por su cultura de aquella época, o por amor, siempre le tocó estar en el medio de los conflictos entre padre e hijo.
Lo cual le produjo un sufrimiento exagerado y por supuesto injusto para aquella humilde y adorable SEÑORA. Fue sin duda una gran mujer, que le correspondió siempre estar en el lado perdedor de la vida, pero asombrosamente jamás perdió su humor, cosa que todavía la hizo más sublime.
En aquellos momentos y de seguir por ese camino en la vida de Nauzet, habría sido portada de periódicos como un famoso delincuente (varios “amigos” lo consiguieron).
De repente en ese deambular por la vida descubrió el RUGBY, un deporte que le fue conquistando poco a poco.
No es que fuera la forma de enmendar su vida por medio del deporte, al revés. Ahora tenía cierto éxito en algo que socialmente “quedaba bien” y eso le produjo aumentar su ego y su chulería. Además de líder ahora era un buen deportista.
Era el mismo “macarrilla” de siempre pero con éxito y eso le daba vuelos para su liderazgo y fama entre las niñas por ejemplo, o en el entorno de amigos y allegados, que se reclinaban ante su supuesta y estúpida superioridad.
Fue una época triunfal de Nauzet, bastante irreal, pero para alguien con necesidad de algo de valoración personal, le venía muy bien.
Fueron demasiados años sintiéndose como la escoria de la vida, así que este efímero éxito que tenía Nauzet, había que aprovecharlo y disfrutarlo a tope.
Algún buen entrenador de Rugby intentó corregirle y ayudarle, pero claro, Nauzet no hizo mucho caso de estas buenas recomendaciones.
Ahora que estaba en la cresta de la ola no iba a mirar en otras direcciones, demasiado tiempo “sufriendo de victima” para ahora abandonar el sabor de un éxito, desde luego efímero.
Daremos ahora un salto en los años…. vemos a un Nauzet que ya ha crecido en edad, ya pasaron los tiempos de la famosa y dura “travesía del desierto” y estamos en los albores de comenzar su etapa profesional.
Nauzet aprendió que lo mejor era dedicar su vida a trabajar en algo que se sintiera completamente satisfecho. Por ello había decidido dedicarse a que otros niños no pasaran por el infierno que él había pasado de pequeño.
Tuvo la inmensa suerte de acertar de pleno en la elección, pero en ese acierto tuvo mucha “culpa” un nuevo personaje que aparece en la vida de Nauzet.
Un día por circunstancias profesionales le presentan a Acorán, con el objetivo de trabajar juntos en un mismo y entusiasta proyecto.
Acorán era conocido de vista por Nauzet, nunca habían hablado pero a Nauzet “le caía” absolutamente fatal.
Acorán era justamente todo lo contrario que nuestro protagonista, educado, correcto, inteligente e incluso políticamente en la parte opuesta a Nauzet.
Y aquí se
produce el primer milagro, ambos descubren que la misma profesión les tenía
cautivados. Aquel proyecto era tan espectacular que rápidamente Nauzet, dejo a
un lado todos sus prejuicios y decidió trabajar codo con codo con Acorán, a
partir de ese mismo instante.
Con el
constante roce producido por el trabajo, Nauzet fue conociendo más a Acorán y
lejos de defraudarle, fue comprendiendo lo errado que estaba en esa inicial
opinión sobre él.
Acorán era
claramente un genio, su capacidad de
trabajo era incalculable en dedicación, en brillantez, en sabiduría, en calidad
y excelencia.
Montones de proyectos
comenzaron a preparar ambos personajes y esto les llevaba a estar juntos
casi las 24 horas del día, de cada día y así durante varios años.
Lógicamente
ese “buen rollo” laboral, donde se mezclaban y se acomodaban perfectamente las personalidades de cada uno, consiguiendo
de esta forma un mestizaje fantástico e innovador en la profesión. Ser
complementarios era la base del éxito, en aquellos años de Acorán y Nauzet.
Y por esa
buena relación se fue fraguando una SOLIDA amistad.
Dentro de
esa amistad en un día que para Nauzet fue inolvidable, Acorán le presentó a su
familia.
El impacto para Nauzet fue totalmente traumático. Descubrió agradablemente
que todas las creencias avaladas por los años como “forma de vida” de Nauzet dentro de una familia, eran totalmente
erróneas.
Los padres
de Acorán eran sencillamente increíbles, sus creencias, sus valores, su forma
de vivir, era para Nauzet un ejemplo y un punto de envidia sana, mezclado con una
gran admiración por toda esa familia a partir de ese mismo instante.
Nuestro
amigo descubrió como era una familia de verdad, una familia autentica, una
familia unida alrededor de los padres, una familia donde la tolerancia, los
principios y la comprensión eran la bandera orgullosa de esa casa.
Ellos estaban en las antípodas de los pensamientos
políticos, sociales y religiosos de Nauzet y a pesar de ello abrieron sus
puertas de par en par, a ese desconocido y nada recomendable (por su
trayectoria) nuevo amigo de Acorán.
JAMAS le
hicieron sentirse un extraño o incomodo, a pesar de las divergencias de opinión.
Al contrario le consideraron rápidamente un miembro más de la familia, haciéndole
participar en todos los eventos de carácter íntimo familiar, que celebraban.
Las
tertulias eran enriquecedoras y Nauzet aprendió una cantidad incalculable de
cosas.
Cada comida, cada
merienda o cena era un tremendo foro de opiniones, de ideas, donde todos
defendían sus tesis con pasión, pero especialmente CON RESPETO a las ideas de
los demás.
Nauzet
descubrió y aprendió que los temas tenían diferentes perspectivas y era obvio
que estaba totalmente equivocado con relación a muchas cosas que hasta esos
momentos había defendido desde su adolescencia.
Fueron unos años increíbles con un despliegue profesional de
un nivel altísimo y donde las relaciones personales, basadas en una serie de
valores, que Nauzet jamás había apreciado y que eran precisamente la llave
determinante, para hacer una vida autentica, una vida plena.
Pasaron los
años y Nauzet y Acorán se tuvieron que separar físicamente por cuestiones
profesionales y esos años, lejos de deteriorar esa relación de amistad, se
mantuvo o incluso creció. La llegada a la madurez hacia que todo fuera mucho más
fuerte e inviolable.
Cada oportunidad que se presentaba se reunían o bien ambos o
bien con la familia de Acorán.
Si yo tuviera que dar una conferencia sobre el concepto de AMISTAD con mayúsculas,
pondría el ejemplo de Acorán y Nauzet, nada ni nadie parecía poder con esa
amistad.
ERA UNA AMISTAD DE VERDAD, una amistad de compromiso, una
amistad sin egoísmos, una amistad sin fisuras, una amistad donde el que
importaba SIEMPRE era el otro.
Estoy de acuerdo con el
gran escritor Antonio Gala, que define la amistad como el mejor estado de las
personas, pues es una relación perfecta porque no existe sexo.
Pasan muchísimos años más, donde tanto Acorán como Nauzet
siguen sus respectivos caminos profesionales, coincidiendo en algunos momentos puntuales
y donde todo se mantenía de una forma increíblemente perfecta.
Ya habían pasado 40 largos años de amistad y las
conversaciones seguían llenas de vida, con los tropezones propios de la llegada
a la cuesta abajo de la vida. Una cuesta abajo más o menos rápida para cada
persona, pero cuesta abajo sin duda.
De repente,
una de esas sorpresas que da la vida les ofrece una nueva; no es otra, que la
posibilidad de volver a trabajar juntos.
Para Nauzet,
suponía la oportunidad de trabajar de nuevo codo con codo con su fiel amigo.
Otra vez de nuevo poder contemplar y
compartir con ese genio profesional cerca un fenomenal proyecto, posiblemente
el último para ambos.
Aquello era como volver a cargar los pulmones de un oxigeno
recién traído del mejor pinar, poder volver a respirar a tope sanamente.
No era un
trabajo sencillo, ambos eran conscientes desde el primer momento pero el reto
merecía la pena.
Iba a ser como dejar la firma profesional, en
el mejor proyecto que ambos hubieran confeccionado, para muchas generaciones
posteriores.
Acorán con
su brillantez era el líder del proyecto y Nauzet era su ayudante de lujo.
Para Nauzet era todo un sueño esa situación
que se estaba dando y merecía la pena morir por ella, por ver a su amigo
completando un espléndido trabajo.
Por fin Acorán tendría la oportunidad de hacer algo muy
grande, lo cual era justo o muy justo, después de toda una vida llena de zancadillas
y traiciones, dejando a medias muchos proyectos.
Lamentablemente
a las pocas semanas todo cambió, sin duda por culpa de otras personas que
motivadas por sus egoísmos, ignorancia o lo que es peor, por un afán de
aprovecharse y buscar la forma de “enriquecerse”
o tener una ridícula notoriedad local, actuaban como sanguijuelas chupando la
sangre y todas las energías de Acorán, que se mataba para sacar adelante el
proyecto.
Nauzet sin
duda, era una molestia en el fin de aquellos impresentables y el cielo se
empezó a nublar donde antes había un sol fantástico.
Muchos
conocerán seguramente una canción que a Nauzet le gustaba mucho de joven y que
viene ahora a cuento, se titulaba “si los
hijos de puta volasen, nunca más veríamos el sol” el intérprete era el
catalán Francesc Pi de la Serra.
La cuestión es que un tsunami
pasó por encima de Nauzet y Acorán; aquella relación sólida que había durado 40
años, se fue derrumbando sorprendente y rápidamente.
A partir de
ese momento hubo cosas increíbles por parte de Acorán que Nauzet jamás hubiera
pensado que pudieran ocurrir ni en la peor de sus pesadillas.
Nauzet
recibió por parte de aquellos impresentables, todo tipo de acusaciones, difamaciones,
alguna muy grave y que ante su sorpresa Acorán no defendió, permitiendo que un
manto de infamias enterraran a Nauzet, aun sabiendo que los difamadores mentían
pero……..
No se
terminó aquí todo, hubo millones de circunstancias y desprecios por parte de
Acorán, a partir de ese instante, que desde luego hacia increíble pensar que en
algún momento fueran íntimos amigos, casi ni simplemente conocidos.
Es más, Nauzet tenía la sensación de que Acorán le
tomaba como un rival enfrentado, en lugar de ver a su “amigo de siempre” como el colaborador siempre fiel a su lado.
Acorán nunca
quiso dialogar con Nauzet por testar la situación o buscar algún punto en
común.
Nauzet solo se veía desprecio o no aprecio que casi es lo
mismo.
La cosa terminó con una patada en el culo para Nauzet, para
en 36h. abandonar definitivamente el proyecto profesional………
Nauzet solo
pudo decir al cielo, que ENTENDÍA PERFECTAMENTE LA ACTITUD DE ACORÁN, QUE EL
MISMO LE HUBIERA ACONSEJADO QUE ACTUARA ASÍ, pero…… BASADO EN ESA FUERTE AMISTAD QUE NAUZET ENTENDÍA VIVA, si las
circunstancias hubieran sido al revés, ÉL
JAMAS LO HUBIERA HECHO
Nauzet
entendía que la amistad era más fuerte que todo…AHORA NAUZET YA SABE QUE NO
EXISTE UNA IDILICA AMISTAD FRAGUADA DURANTE MAS de 40 años……
Las preguntas
serían… la amistad ¿existió realmente? ¿cuál es la realidad antes o ahora? ¿una
amistad depende de los objetivos a conseguir? ¿el fin justifica los medios? ¿todo
vale? ¿dónde quedan aquellos valores? ¿eran temas de otros tiempos y ahora ya
no procede?
Demasiadas preguntas confusas para que Nauzet pueda salir de
su asombro y desde ese momento empezó a cuestionarse muchas cosas a lo largo de su cansada vida.
PROBABLEMENTE TODAS PERO DEMASIADO TARDE YA……
Como dicen los cuentos clásicos…… colorín
colorado este cuento se ha acabado
¿Qué moraleja o
conclusiones podemos sacar?
Está claro
que a Nauzet le han estafado en algo que consideró muy importante. LA CONFIANZA
en la AMISTAD. Algo que hizo de estandarte y de ADN en toda su vida.
Nauzet ahora
mismo no puede tener claro para que sirven todos esos valores que aprendió junto
a Acorán y su familia, haciéndolos también
suyos.
Si en un momento
extremo no los defendemos ¿para qué sirven? ¿cuál sería entonces el “status” de
amistad? ¿somos solo amigos cuando el viento sopla a favor? se pregunta.
Siempre hemos oído que para contar los amigos de verdad
sobran dedos de una mano. En vista de lo sucedido entre Acorán y Nauzet, ¿el
concepto amigos de verdad lo podemos suprimir del vocabulario?
Es obvio que tener valores hoy en día y ser fiel a ellos es
algo “demodé”, cuanto más hijo de puta seas, está claro
que más éxito tienes o por lo menos conseguirás que nadie te DEFRAUDE PORQUE
NADA ESPERAS. Sabes perfectamente que en cualquier callejón te apuñalaran, no
hay sorpresas.
Nauzet
iba para delincuente claramente, en ese
ambiente los sentimientos no importan, SOLO IMPORTA EL OBJETIVO ¿ahora estaría
menos decepcionado? Como solo cuenta el fin ahora estaría igual de vacío, pero sería millonario y por supuesto no
creería ni en amistad, ni en amor ni en ninguna de esas zarandajas que solo
interfieren para alcanzar lo buscado, por encima de lo que sea y de quien sea.
En fin, creo que es un
tema bastante apasionante el propuesto en el cuento y ahora que cada uno llegue
a sus propias conclusiones.
“Cada cierto tiempo es necesario sacudir el árbol de la
amistad para que caiga la fruta podrida, sobre todo cuando en el árbol solo hay
fruta podrida.”
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