sábado, 22 de diciembre de 2012

No te creas todo lo que vives


Vivimos en un mundo tan falso,
tan falso como la piel de las mascaras,
dónde la palabra ya no vale nada
y el nombre es sólo un eco,
el eco de una sombra, vacío.

Vivimos en una carrera sin fin,
nuestra meta es un risco.
Aquí la muerte es libertad
y la vida un abismo.

Vivimos en una sociedad suicida,
de corbatas que ahorcan,
de sobredosis nihilista.

Vivimos buscando una pregunta
y morimos perdidos en respuestas.

¿Vivimos?

lunes, 10 de diciembre de 2012

¿Cuál es mi sitio en este lugar?


Es una pregunta que me he hecho varias veces en esta vida con referencia a este mundo, pero que ha tomado un significado superfluamente trascendente en los últimos meses en esta “incivilización”, sobre todo en momentos como este en que me pongo a escribir aquí en medio del barullo de todos donde algunos hacen algo útil en lo que yo podría o debería hacer algo para ayudar, otros hacen algo amenizador u hostigador (una de cal y otra de arena dependiendo del clima, que en canarias es muy variable) y otros mantienen conversaciones cruzadas que parecen debates pero que si se extienden acaban siendo discusiones, y yo aquí escribiendo con my musiquita.

Pues eso, que me lo preguntaba y entonces llegó Juankijote de La Mancha y me hizo ver los gigantes, me señalo a los molinos y me dijo:

- Echo de menos esto.

Bueno no me lo dijo así, quizás me dijese algo antes y seguro que se extendió después pero yo me quedé ahí, en que él echa de menos algo que yo siempre he buscado. No sabría definir este elemento común, lo que sí sé es que es algo por lo que los dos meteríamos la cabeza en el fuego. Un poco más tarde me dijo otra cosa, o igual me lo dijo anteriormente y yo lo recordé posteriormente, no sé;

- Tienes que aprender a discernir.      

Tampoco fue exactamente con esas palabras y obviamente con un contexto. El caso es que seguí pensando y creo que yo discierno, sé cuando estoy haciendo lo que tengo que hacer aunque no sepa todo lo que tengo que hacer, no sé cuando hago lo que no debo hacer porque si lo supiese no lo haría (aunque a veces si me doy cuenta justo después de cagarla) y sé cuando estoy haciendo lo que no tengo por qué hacer pero lo hago porque haré lo que haga falta para que este tren siga caminando aunque eso signifique que me utilicen, me queme o me meta en discusiones de quién tiene que hacer qué, al fin y al cabo si alguien lo tiene que hacer alguien lo hará porque si no se hace la habremos cagado todos por no hacerlo nadie. Al final del día en los momentos en que sé que no hago nada lo único que me importa es que lo que haya hecho haya contribuido a que ese algo indescriptible sea eterno y brille, para que siempre lo puedan recuperar aquellos que lo echan de menos y lo puedan encontrar aquellos que lo buscan y también lo transmitan. Entonces pienso:

- ¡Joder! Mi lugar soy yo. Tengo que hacer lo que quiero hacer y tengo que hacer que lo que hago valga para algo.