domingo, 27 de febrero de 2011

La genialidad de lo eterno

El hombre, ¿qué es?
Después de sentir y razonar
Antes de comer y beber
Follar y amar

El hombre, ¿qué es?
Después de morir y recordar
Antes de de nacer y crecer
Vivir y respirar

¿Qué es lo que hay antes
y permanece después?

¿Qué es lo que le hace
miserable y valiente a la vez?

lunes, 7 de febrero de 2011

Tarjeta de Embarque a . . .

En el medio, divagando entre dos polos opuestos. Día y noche, genialidad e imbecilidad. Dando vueltas sin encontrar la puerta a lo cierto; volviendo a lugares extremadamente fríos en los que se están agotando las posibilidades de involucrarse. Y continúo balanceándome en el medio de la línea, como si la realidad fuese inmune a mis actos, porque parece que las cosas que se descosen a mi paso no tienen la menor importancia en lo cotidiano e inaguantable de cada tarde. No importa en cuál de las dos caras te encuentres, porque la vuelta del medio te hace sentir lo mismo siempre, lo que siento ahora: tristeza, añoranza y frío, mucho frío; joder que frío hace; es inaguantable y seco.

Porque ya ahora echo de menos tus cálidos pies entrelazados bajo las mantas con los míos, o un templado abrazo bajo la mirada fría de la luna entre los edificios, o el calor de la amistad entre tus lágrimas de grandeza. Lo echo de menos, mucho; porque esas son las situaciones que consiguen dar profundidad a mi vida. Porque estáis tan dentro de mí que no puedo evitar esta nostalgia que me empuja a coger un bolígrafo y ponerme a sentir cosas en una tarjeta de embarque. A la salida de un instituto quedó demostrado que podemos separarnos, e incluso dejarnos de hablar, que cuando la situación lo requiera el universo encontrará la forma de volver a juntarnos de nuevo.

Bailo en la línea continuamente, al son de una nostálgica guitarra que enfría mis entrañas y entorpece la realidad, pero que batalla con una cálida voz que me acerca cada día más a la eternidad para recordarme lo magnífico que es que el universo esté en impagable deuda conmigo, porque eso significa que podré seguir bailando al ritmo de mis poderosos sentimientos, que sólo me llevan a un lugar: a la tarjeta de embarque, a ti.

Embarcado en este continuo vaivén, profundo y denso, del que te liberas en la mitad de algo realmente incomprensible. Porque es en esa situación donde coincidimos: compartiendo dos ricas nuevas hamburguesas, enviando una foto de una ensalada, enviando una foto de dos ensaladas, durmiendo una noche juntos en el cielo del país, pagando dos tardes por ver documentales, cocinando cada día juntos, cocinando juntos + una más, cocinando sólo para otros, jugando a las cartas con desconocidos, levantándonos puerta con puerta, o simplemente conversando cada día, cada noche, contigo, con todos, sin importar cómo ni por dónde. Es la magia de poder encontrarnos justo en la mitad del desorden para recordarnos lo maravilloso que en realidad es esto.

Por muchas tarjetas de embarque que rellene con mis palabras, jamás voy a poder lograr expresar mis sentimientos de agradecimiento hacia ti, mi vida, y hacia ustedes, mi mundo. Ha sido un genial fin de semana, y necesario, con tres grandes veladas, una romántica, una entre amigos y otra entre familia. Una hamburguesa tierna y magníficamente acompañada, una sencilla ensalada tan clásica como le-gen-da-ria, y un bistec de ternera difícil de digerir al principio pero con un gran final. Me quedó pendiente una tarde entre chocolate blanco y vainilla que reanudaremos la semana que viene con una tarde de cine.

Porque por muy feas que se pongan las cosas, siempre podremos reencontrarnos en nuestro lugar: el que sea, pero contigo.

La vida es fría por las dos caras, pero estamos nosotros en la mitad para darnos calidez en medio de este continuo vaivén. Los grandes momentos son situaciones vacías que se llenan a reboSar en el momento en el que tú apareces. Te quiero. Os quiero.

PD: . . . aquí.

jueves, 3 de febrero de 2011

Hasta en las tonterías

No había traido antes aquí una simple página web y tampoco es que ésta sea nada muy especial. Es más bien una tontería. De esas que ponen los "amigos" en el facebook. Pero es que me resultó tan cercana y me recordó a tantas otras situaciones semejantes, que pensé que enccajaba. Como dirá Andrés, siempre encuentro la manera de llevar todo a ratificar mis argumentos. Ya. Vale. Pues eso.

EL COMIDISTA -elpais.com-

Como orientación, aqui va un párrafo ilustrativo:
"Como algunas de las cosas que se hacen aquí, por desgracia en España son decepcionantes. Tenemos potencial para hacerlo bien pero al final nos quedamos a medias. Se hacen con prisa y con atajos y, normalmente, con ingredientes de calidad regular. En Francia suelen usar buenas mantequillas, que influyen muchísimo en el sabor final, y son muy cuidadosos con el proceso. Se lo toman en serio"

Resulta familiar, no?

martes, 1 de febrero de 2011

El fin justifica los medios

El título es para que sepáis que, aunque le voy a intentar dar duro a Emilio, en el fondo estoy de acuerdo y creo que al final del video (los 3 últimos clips) el hombre expresa bien el concepto general, peeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeero tuve que ser muy paciente para aguantar el resto de su presentación en la que no pude evitar irritarme por ciertos comentarios que me pudieron parecer bárbaros, hipócritas o manipuladores. Esto no quiere decir que intente descalificarle o tacharle ni acusarle, al contrario admiro que se den este tipo de charlas, creo que es muy necesario y ya se la he recomendado a más de uno al que le vendrá bien. Tampoco me declaro un pesimista ofendido, ni voy a rebatir todo lo que ha dicho, más bien quiero analizar cómo lo ha dicho, porque si algo tienen los grandes speaker es labia.

Y es que el trabajo de un speaker es convencer a una audiencia de algo mediante la palabra. Por eso me hace tanta gracia que se meta con los Psicólogos porque toda su conferencia está basada en herramientas psicológicas, la velocidad en la que entona cada fase, más rápida y fervientemente cuando habla de cosas positivas, te da golpes de optimismo y argumentos de felicidad uno detrás de otro para no dejarte pensar, que tengas que estar atento a todo lo que dice. Luego aminora la marcha cuando quiere que reflexionemos sobre todas las putadas de la vida, las complicaciones, los cambios y las adversidades a las que luego nos dirá como enfrentarnos. Y es cierto se guarda todo lo bueno para el final, para que sigamos más interesados en lo que nos va a decir. Y cuando lo diga no nos lo va a decir demasiado rápido para asegurarse de que lo almacenemos bien, todo lo que nos dijo antes sólo era una preparación, se nos ha olvidado casi todo pero esto se nos tiene que quedar así que aunque no irá demasiado rápido lo dirá alto y claro. Pero para que le prestemos atención también necesita que nos caiga bien, tiene que ser dinámico, divertido y culto, lo demuestra con su expresión corporal, que aunque también dice que es un cuento de hadas, se pega las caras de sus oyentes (será que no les ve bien porque lleva las gafas en la mano), hace comentarios cómicos que se le dan bastante bien, prueba de ello es que su mayor aplauso es por un chiste sexista, y sabe un poco de todo, de antropología, de genética, de filosofía, tanto como lo que enseñan hoy día en los institutos y hace tiempo en la serie “Erase una vez…” o como sabe cualquier fan de redes y de los documentales de la dos. Y qué casualidad que enfatice tanto en los hijos y en la esperanza de vida (la cual define como un cambio trascendental en lugar la consecuencia de los cambios trascendentales, supongo que es cuestión de perspectiva), temas que a los que los jóvenes aun no les prestamos mucha atención, frente a un público con una media de edad de 40 a 50 años, un cálculo un poco a ojo de los peinados y vestidos de las señoras y de los campos de lucha canaria en las cabezas de los señores.

Otra ciencia a la que cita de manera poco optimista es la matemática racionalista, según él poco aplicable a la vida pero sin embargo buena herramienta para argumentar sobre los hechos de la misma mediante porcentajes y porcentajes, como que “se calcula que la perdida de ganas de vivir en los trabajadores representa el 22-28% del coste de pérdidas de una empresa”, “los que ríen viven un 21% más”, o que “la primera causa de muerte en el mundo occidental es la depresión”. Y la última es además una mentirijilla, y no digo mentira porque en realidad tiene que ver con las causas que llevan a la verdadera 1ª causa de muerte en occidente que son las enfermedades del corazón, enfermedades originadas en su mayoría por estilos de vida nocivos en los que la depresión tiene un papel importante.
Y al final no me ha quedado claro su actitud ante la genética, está claro que cree que las cartas son las que son y que uno sólo elige como jugarlas. Pero, ¿está jugando al poker o al pumba? Porque durante 15 minutos hablando de que jodidos son los cambios de la genética, que aunque nos ha dado herramientas muy útiles mediante mutaciones de ADN e instintos como la competitividad (otra casualidad que mencione que esta cualidad humana sea natural en una charla para de ambiente capitalista), están anticuados porque nos imponen el envejecimiento y otros impulsos que ya no nos convienen en nuestra sociedad y tenemos que mantenernos ante ellos. Y tras todo ello te lanza a la cara que te vas morir si o si (cosa que sorprendentemente la gente no se cree) y que a partir de los 12 años no se aprende. Pero entonces para qué demonios intenta enseñarnos a ser optimistas y porqué nos aconseja que sigamos estudiando. AAAAH! Es verdad que aun se puede aprender mediante la emoción con nuestro sistema límbico que es nuestra fuente de almacenamiento de memoria, que es mucho más eficaz que la corteza cerebral donde desarrollamos la razón. Aquí sí que me has pillado Emilio porque yo pensaba que la razón era la que relacionaba los recuerdos con las situaciones del presente, siendo el córtex cerebral el centro de recepción y análisis de la información. Vamos que yo pensaba que la razón y la emoción iban de la mano, pero tienes razón es mejor aconsejarnos que nos dejemos llevar por los impulsos del corazón (órgano muscular que bombea sangre) en lugar de aclararnos que es bueno confiar en ellos para tomar iniciativa y luego usar la cabecita (cavidad en la que se encuentran los tres cerebros JUNTOS). Me habría encantado que me hubiese preguntado si la felicidad es un conocimiento o una actitud, para contestarle que nuestro conocimiento depende de nuestra actitud, la perspectiva del estado emocional, la realidad del cristal con el que se mire. Y aunque no se pueda aprender la felicidad sí se puede aprender a ser feliz (que es lo que él está intentando enseñar), como se puede aprender a imitar a un genio pero no se puede aprender a ser un genio, como se puede aprender a jugar a baloncesto pero no se puede aprender a ser un crack.

Finalmente dos detalles curiosos; una de sus premisas es ser solidario y la siguiente no ser egoísta, soy sólo yo o esto es un poco redundante. Es sólo un tecnicismo que creo que le habría quedado mejor simplemente diciendo que la primera era saber cuál es tu función dentro del equipo porque si no la cumples entorpeces que el equipo cumpla la suya, y la segunda que que algún día te tendrás que retirar porque tu función se habrá acabado y otro tendrá que cumplir las nuevas. El otro detalle es que ya que tiene la generosidad de usar como ejemplos citaciones de empresas con las que ha trabajado como Alcatel, Santander o Renfe podría anunciar algunas otras como al pobre de las salchichas al que se le va a hundir el negocio.

Mi conclusión es que este hombre no es un hipócrita sino que sabe usar la hipocresía, que es un crack como Al Gore. Porque, como Al Gore, el speak es su negocio y aunque vendan algo legítimo como el cuidado del planeta y la felicidad no dejan de estar negociando. Así que Leo a mi no me la Leas.