viernes, 21 de octubre de 2011

Voz interior

Me encanta hablar de los buenos. Adoro escucharles, aprender de ellos. En ocasiones copiarles descaradamente, usar sus ideas y aplicarlas, ajustarlas, trasladarlas, convertirlas en algo útil en mi día a día. De los varios libros que me marcaron profundamente hubo uno al que le saqué verdadero provecho. Eran tiempos lúgubres y repletos de desazón, soledad y tristeza. Aproveché bien ese libro quizá porque las circunstancias me empujaron a ello. Pat Riley en su obra "Optimización del trabajo en equipo" hablaba de los peligros de la autocomplacencia, la dirección de grupo etc. Pero hubo algo que realmente me hizo tragar con todo lo que estaba pasando: A veces tienes que bajar a las trincheras para luego conquistar las batallas. Llegar al pozo para luego empezar ver la luz. Tener la suficiente confianza (ciega, realmente ciega) para trabajar y simplemente esperar. Esperar a que todo lo que siembres pueda ser recogido. Y sobre todo aprendí de ese libro que tiene que llegar un momento en que tu deber es plantarte y dejar claro quién eres.

Dejar claro quién eres.

No es fácil. Mucha gente tiene miedo. Miedo de sí mismos, de la vida, del futuro, de lo que despertemos en otros, de no gustar. Capas pesadas que te atoran. Llenamos nuestra mochila de piedras recogidas por el camino. A lo largo de mucho caminar la mochila pesa, nos desequilibra, nos cansa y nos impide caminar ligeros y libres.

Pat Riley lo avisó. Steve Jobs nos lo recomendó. Todos los genios tienen algo en común. Hubo un momento que simplemente escucharon su voz interior y le fueron fieles para siempre. También tenían ellos una mochila llena de piedras, pero en vez de quitar las piedras o acomodar su bolsa hicieron algo mucho más liberador. Decidieron que lo mejor era no llevar mochila. No había ninguna necesidad de guardar piedras. Estaban en el camino de todos modos. A veces molestan, otras avisan de peligros, otras están allí esperando a recibir atención. Pero si decides obviar la mochila, ya no podrás llevarlas contigo.

Hay una sola cosa mejor que tú. El 100% de ti mismo. Es un tópico, pero poca gente lo logra. Si escuchas tu voz interior y dejas de rebatirle todo y discutirle todo, probablemente lleve razón. Ya lo dijo Punset de una manera científica: "La intuición tiene más posibilidades de acertar que la razón, simplemente porque lleva más tiempo con nosotros y es la culpable de habernos traído hasta aquí".

Aprendamos de los buenos. Escuchemos nuestra voz interior. Eso ayudará a tomar ciertas elecciones definitivas. Entonces vendrá un paso difícil que todos los genios debieron dar: entregar la vida a lo elegido.

Pero de eso hablaremos en otra ocasión.

sábado, 15 de octubre de 2011

autocrítica social


No tengo ni el conocimiento ni la madurez ni la experiencia para hablar de política y sociedad, ni con convicción ni con certeza, pero estoy seguro de que hoy por hoy algo va mal en nuestro país y en casi todos los demás países del mundo y estoy seguro de que tiene que ver con los sistemas que rigen la vida y filosofía de los hombres. Sistemas creados por hombres, hombres expertos, hombres intelectuales, hombres eruditos, pero no por hombres sabios. Sistemas que dirigen a masas, masas anónimas, masas perdidas, masas con miedo, masas sin voz propia dirigidas por la voz de hombres que no son sabios. Sistemas antagónicos, sistemas insostenibles, sistemas corruptos.

En el caso occidental la globalización capitalista le ha dado las riendas al poder ejecutivo sobre los caballos del poder judicial y fiscal. Con esto no me refiero a la crisis ni a las privatizaciones ni al paro, me refiero al consumismo, a la sobreproducción contaminante y la avaricia, y no me refiero solo a los hombres también me refiero a las masas. Y para darme cuenta de esto no tengo ni que ser muy maduro, ni tener mucha experiencia y sin embargo cada vez estoy más convencido y lo digo con más certeza. Está claro que esto así no funciona, está claro que podría ir mejor, está claro que debe haber soluciones, está claro que sólo nosotros (todos) podemos poner en marcha esas soluciones aunque nosotros mismos (todos) seamos el problema, unos por mentir y robar, otros por callar y no mirar, pero todos por no ser tan dignos como decimos tener derecho a ser.

Somos codiciosos, egoístas, lobos para nosotros mismos, son caracteres derivados de instintos de supervivencia. Irónicamente también son los instintos, otros totalmente opuestos, los que nos llevan a construir las relaciones y la sociedad, la empatía, la dignidad y la compasión. Son estos últimos los que nos dan el potencial de ser algo más que animales compitiendo por vivir. Un sistema perfecto es tan utópico como un hombre perfecto pero intentarlo, buscarlo, no conformarnos con lo imperfecto es la única manera de mejorar. El único problema es que no hace falta ser muy inteligente para saber que algunas cosas son ciertas pero hace falta ser muy sabio para saber porque lo son y cómo aplicarlas.

jueves, 13 de octubre de 2011

Hola! me llamo Tommy y soy adicto


No he podido evitarlo, he recaído, es más fuerte que yo. Como dijo O. Wilde “puedo resistir todo excepto la tentación”, y más que una tentación es una adicción, una adicción que me atrae como el imán atrae al metal, una atracción por una carga electromagnética, simplemente energía, una energía incontrolable pero que controla todo lo que toca, lo equilibra.

La energía tiene muchas formas; calor, luz, fuerza pero la más grande de todas es la vida, que es en sí todas las demás juntas. La energía siempre está ahí, cargándote las pilas. Normalmente uso esas pilas pequeñitas de reloj con pequeñas cargas de energía que aguantan mucho tiempo, alguna que otra vez probé a meter los dedos en el enchufe para sentir la misma descarga que me convirtió en adicto y ambas veces salí rebotado, con el pelo alborotado, en un estado de éxtasis que me dejaba confuso entre el placer y el miedo de haberme quemado. La última vez me dio tal chute que pensé que podría aguantar un rato limpio sin distraerme de la rutina. Sin embargo, cuando menos lo esperaba una gota de energía cayó sobre mis labios y sin querer me relamí los labios, mojados de vida, y saboreé la atracción.

Ahora me lio con rabia un canuto de droga barata y cada calada se convierte en una inhalación de energía y una exhalación de alivio… porque soy adicto a la vida, soy adicto al baloncesto. 

jueves, 6 de octubre de 2011

Stay hungry. Stay foolish

Steve Jobs (DEP) se aplicaba a sí mismo esta frase (Stay hungry, stay foolish), que encontró en su juventud en el último número de una especie de catálogo enciclopédico de productos variados.

De alguna manera, yo, sin saberlo, lo pensé siempre también y, a mi manera, lo intenté y traté de trasmitirlo (No te conformes nunca. Estamos locos, sí, y nos encanta).

Hoy, el día en que Steve Jobs ha muerto (con 56 años!!), no puedo evitar acordarme de él y de lo mucho que trasmitió, al margen de lo que creó, cogiendo inventos de otros y elevándolos por encima de todos ellos, de forma que acababan los originales pareciendo copias suyas.

Y lo conseguía haciendo las cosas bien. Simplemente. Haciendo la tecnología manejable (amigable, dicen en inglés) para cualquiera, por inexperto que fuera, y sin ni siquiera incluir un manual de instrucciones en su cuidadísimo packaging.

Recomiendo encarecidamente a todos que escuchen esto con devoción y atiendan a cada idea de las tres historias que cuenta: Unir los puntos, amor y pérdida, vida y muerte.


Hoy todo el mundo habla del creador de iPod, iTunes, iPhone, iPad, iCloud... pero yo no quisiera que olvidaran que él fue también el que dio el primer paso que llevó a todo eso.

Steve Jobs unió dos de los varios inventos brillantes de Douglas Engelbart: el ratón y el sistema de representación gráfica del interface con el que interactuar con el ordenador (las "ventanas / windows" que luego aprovecharía brillantemente Bill Gates), y con ellos creó el concepto de "ordenador personal", sin el que no se entendería no ya la historia del siglo XX, sino la propia historia del ser humano.

Y Steve Jobs también es el creador, por ejemplo, de PIXAR, que aliados con Disney (antes de la compra) hicieron la obra maestra del cine de animación: Toy Story. No se pierdan este corto, que es la primera película de Pixar Studios.


Pero no quisiera que dejaran pasar alguien así, creyendo que sólo fue importante por todo eso. Fue mucho más que un diseñador, un publicista, un vendedor, un gestor, un empresario, un re-inventor, un informático... o como quieran definirlo.

No es que yo sea un gran forofo de Apple / Macintosh, pero sí he tenido siempre respeto y admiración por los que ven más allá, los que van por delante, los que están de vuelta cuando los demás empezamos a ir. Y Steve Jobs fue el paradigma de eso. Del líder por excelencia: el que ilumina, el que guía, el que enseña, el que crea.

domingo, 2 de octubre de 2011

Esto así no funciona

No se cuanto de lo que dice es verdad, pero por lo menos lo dice y lo dice bien... esto no funciona.