sábado, 15 de octubre de 2011

autocrítica social


No tengo ni el conocimiento ni la madurez ni la experiencia para hablar de política y sociedad, ni con convicción ni con certeza, pero estoy seguro de que hoy por hoy algo va mal en nuestro país y en casi todos los demás países del mundo y estoy seguro de que tiene que ver con los sistemas que rigen la vida y filosofía de los hombres. Sistemas creados por hombres, hombres expertos, hombres intelectuales, hombres eruditos, pero no por hombres sabios. Sistemas que dirigen a masas, masas anónimas, masas perdidas, masas con miedo, masas sin voz propia dirigidas por la voz de hombres que no son sabios. Sistemas antagónicos, sistemas insostenibles, sistemas corruptos.

En el caso occidental la globalización capitalista le ha dado las riendas al poder ejecutivo sobre los caballos del poder judicial y fiscal. Con esto no me refiero a la crisis ni a las privatizaciones ni al paro, me refiero al consumismo, a la sobreproducción contaminante y la avaricia, y no me refiero solo a los hombres también me refiero a las masas. Y para darme cuenta de esto no tengo ni que ser muy maduro, ni tener mucha experiencia y sin embargo cada vez estoy más convencido y lo digo con más certeza. Está claro que esto así no funciona, está claro que podría ir mejor, está claro que debe haber soluciones, está claro que sólo nosotros (todos) podemos poner en marcha esas soluciones aunque nosotros mismos (todos) seamos el problema, unos por mentir y robar, otros por callar y no mirar, pero todos por no ser tan dignos como decimos tener derecho a ser.

Somos codiciosos, egoístas, lobos para nosotros mismos, son caracteres derivados de instintos de supervivencia. Irónicamente también son los instintos, otros totalmente opuestos, los que nos llevan a construir las relaciones y la sociedad, la empatía, la dignidad y la compasión. Son estos últimos los que nos dan el potencial de ser algo más que animales compitiendo por vivir. Un sistema perfecto es tan utópico como un hombre perfecto pero intentarlo, buscarlo, no conformarnos con lo imperfecto es la única manera de mejorar. El único problema es que no hace falta ser muy inteligente para saber que algunas cosas son ciertas pero hace falta ser muy sabio para saber porque lo son y cómo aplicarlas.

No hay comentarios: