jueves, 14 de marzo de 2013

AMISTAD


Dentro de los valores más importantes y necesarios para la “supervivencia” diaria, la AMISTAD es uno de los que considero de un valor incalculable.
Este juntaletras de hoy, quiero o pretendo que sea como una especie de cántico a este preciado valor.

Después de dar más de una vuelta e intentar “descubrir la rueda”, he preferido dejarme de tonterías y beber de la sabiduría ya inventada.

Hace tiempo descubrí en Twitter a Miguel @ifilosofia  y he decidido lo más sencillo, copiar y pegar.

Tiempo habrá en futuros juntaletras para dar opiniones personales e incluso valorar diferentes matices.

Que sirva este de hoy, como punto de reflexión para considerar si la amistad, es un valor solido en nuestro plan vital o es algo que debemos pasar por encima, como si fuera intrascendente en esta sociedad, donde el FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS y el TODO VALE.

Pretendo simplemente que cada uno piense, reflexione y recapacite sobre las frases que a continuación copio.
Nada más, es un puro ejercicio de higiene moral-ética, que cada cual llegue a sus propias conclusiones, más allá de que si la frase es mejorable o matizable simple y llanamente. Saber realmente hasta donde podemos llenarnos la boca, cuando decimos la palabra amigo.

Hace muchos años entrené a una maravillosa adolescente, no porque fuera buena, sino porque era una auténtica “cabecita” y daba gusto charlar con ella.
Hoy debe rondar los 40 y no he vuelto a saber de ella, desgraciadamente.

Un día me dijo la famosa frase de “a los padres no los podemos elegir… pero a los amigos si”.
Pues bien ¿sabemos de verdad que es un amigo? Pensarlo por favor, perder unos momentos y reflexionar sobre ello.


           Los amigos no son quienes dicen ser nuestros amigos, sino los que lo demuestran.

           Nunca falles a alguien que de verdad es tu amigo.

           Las grandes amistades son aquellas que no olvidan los buenos momentos, que la distancia no  separa y que la maldad no destruye.

          En la vida, muchas veces el interés se disfraza de amistad.

          Si una persona realmente es tu amiga, se traga su estúpido orgullo y te llama para arreglar las cosas.

          Existen situaciones de la vida que te permiten saber con quién cuentas de verdad

          Un buen amigo seguramente no pueda ser el lápiz que escriba tu felicidad, pero seguro que será el borrador que elimine tu tristeza.

          La vida no es perfecta, pero tener la satisfacción de estar con amigos, va muy cerca de la perfección.

          Un verdadero amigo te critica de frente y te defiende a la espalda.

          La verdadera amistad no se trata de quién vino primero o de quién te conoce más tiempo; se trata de quién llegó y nunca se fue.

          Cuando estés en la cima, tus amigos sabrán quién eres. Cuando estés abajo, tú sabrás quienes son ellos.

          No me gusta ver a mis amigos llorando por alguien que no merece ni siquiera una lágrima.

          Un amigo te regaña como un padre, te cuida como una madre, se burla como una hermana y nos cela más que un amante.

          Ser amigo es interpretar miradas, entender silencios, perdonar errores, guardar secretos, prevenir caídas y secar lágrimas.

          La amistad es compartir, no competir.

          La buena y verdadera amistad no debe ser sospechosa en nada.



sábado, 9 de marzo de 2013

El Viaje


Hoy me gustaría contaros  otra  historía  familiar, aunque esta es de un familiar indirecto, si se me permite la expresión.

 Se trata del marido de la hija de mi madrina ……   uf   que  lio  ¿verdad?  jajajajaja.

Mi madrina era Dª Gloria, una venerable anciana ya  cuando yo era pequeño y esta sí que era Victoriana de verdad. 
Ayudó muchísimo a los Azara cuando se quedaron huérfanos, mi madre sentía una especial veneración por ella.

Yo la recuerdo a pesar de ser  pequeño y  me impresionaba. Iba siempre vestida  de negro, pero muy elegante, perfectamente peinada,  de una educación exquisita y unos modales muy refinados.
Con el paso de los años compartí muchas horas de visita a la familia junto a las hijas de Dª Gloria (fijaros que digo Doña, porque nadie la trataba de ninguna otra forma). Sus hijas, llamadas Conchita y Julia, más o menos de la edad de mi madre, estaban casadas pero ninguna tenía hijos.

Hoy  os hablaré de Antonio P.  el marido de Julia.

Antonio P.  era un hombre que me fascinó desde que tuve uso de razón.
 Catedrático  de Universidad, filósofo, investigador literario, gran conversador,  un hombre increíble de verdad, con un carisma y una personalidad impactante.

En varios juntaletras os he dicho  la suerte que he tenido de cruzarme con gente muy espectacular, la cantidad de cosas que he podido aprender. Este hombre era uno de ellos, os lo aseguro.
Todo ese coctel me ha ayudado muchísimo a ser como soy y realmente me siento MUY ORGULLOSO Y PRIVILEGIADO de todas esas experiencias vividas.

Un día me contó su historia, me dio su “mitin” y ahora lo quiero compartir con vosotros.
 Se puede aplicar a muchos campos de la vida porque es un ejemplo para casi todo.

 Juzgar vosotros mismos.

En plena guerra civil siendo Antonio P.   un niño, vivía junto a sus padres en Guadalajara.
El padre no se identificó mucho en política, ni estaba afiliado a ningún partido aunque  tenía cierta simpatía por el lado republicano.
Cuando las mal llamadas tropas nacionales, las de Franco, toman Guadalajara se produjeron algo que lamentablemente en todas las guerras ocurre, gane quien gane.
 Las REPRESALIAS, pero no represalias políticas, que también, sino represalias por venganzas personales, por lindes, por celos, por dinero, en fin por mil causas que en río revuelto se aprovechan.

Quiero repetir y dejar bien claro que esto no es patente de un bando determinado, es denominador general de la sinrazón y la barbarie, no de otra cosa.

El bando ganador siempre  “tiende a depurar enemigos” desgraciadamente.

Por culpa de una acusación vengativa, denuncian gravemente al padre de Antonio P.  que es rápidamente encarcelado.
A partir de  este momento comienza un auténtico calvario para esa familia y en especial para la madre.
Mantiene  continuas visitas a la cárcel con la lógica intención de ver a su marido, pero sin resultado alguno.
Por fin, por una vez se lo permiten, no antes de soportar un montón de vejaciones tanto físicas como morales, por aquello de  humillar  a  la mujer de un “rojo”.
Un día,  de los muchos  que llegó a ir  y entre muchas risas y burlas se encontró con la sorpresa de  que ya no estaba allí, pues se había escapado esa noche precisamente, esa fue la explicación que dieron. A  los pocos días, unas personas  se lo encontraron muerto en una arboleda.

En compañía de otros encarcelados, había sido realmente una víctima  de los llamados “paseos”.

Federico García Lorca fue en Granada, otro “paseado” y el mismísimo José Antonio Primo de Rivera fue también una víctima fusilado, pero del otro bando, aunque sin el temible “paseo”, pues lo ejecutaron en el patio de la cárcel de Alicante.

Hago estas menciones para dejar claro, una vez más, que no estoy dignificando  ningún bando en estas barbaries. Tantas salvajadas hacían unos como otros.

Volviendo a la familia de Antonio P.

 Después de este dramático momento, la viuda decidió abandonar por miedo a más represalias,  Guadalajara y como no tenían absolutamente nada, salieron caminando con lo puesto en dirección a Madrid.
Hay unos 60 Km. y me contaba Antonio P.  el recorrido por esa carretera, junto a otras personas  en condiciones similares, con tanta rabia e impotencia, con tantas lágrimas y desesperación, con tanta miseria y tanta hambre, que sería algo que por mil años que viviera jamás olvidaría.

Ese éxodo en la televisión lo hemos visto muchas veces, de una manera  fría en numerosas guerras.

 Los refugiados vagan moviéndose en una dirección sin saber exactamente donde se dirigen, con la mirada perdida y las caras expresando pánico o terror, las mujeres y los niños  ya sin lágrimas que secar y lo que es más duro todavía si cabe……pensando  ¿cuál será la sorpresa que el destino me tiene preparado?.


Realmente si lo pensamos como algo propio, sin nada, abandonados  a nuestra suerte y con un futuro vacío  y hueco, es para  tener pesadillas un par de meses por lo menos, incluso  l@s más insensibles.

Pues la madre de Antonio P.  a pesar del dolor y supongo que ese odio contenido que debía llevar, no quiso transmitírselo a sus hijos  jamás.

Prefirió educarles de forma que los VALORES predominaran sobre los instintos animales.
 A pesar de ese éxodo lamentable  y triste, debió respirar  profundamente para sus adentros y decidió que era mejor mantener viva la memoria del padre.

Lo logró  y consiguió  además   arrancar  la palabra venganza  del corazón de sus hijos.
Les educó en el amor y en el perdón.
Entendió y desde luego que debió ser muy duro aceptarlo,  que todo aquello fue fruto de la ignorancia y la bajeza del ser humano. El famoso reparto de miseria, que aún hoy, predomina en nuestros tiempos.

Pasaron los años y un buen día Antonio P.   recibió el equilibrio de la vida, conoció a JULIA.

Cuando me hablaba de ella se le llenaban los ojos de luz, suspiraba profundamente, les conocí durante un tiempo cuando yo era un adolescente y os puedo asegurar que la definición de amor, de cariño, de complemento, de complicidad, se resume en  aquella  pareja, bueno he conocido  otra muy parecida y con el marido de igual nombre además.
Antonio P.  y Julia vivieron juntos 60 años y cuando ella murió, lamentablemente él no tardó en hacerlo, seguramente de pena.

Antonio P.   me enseñó aquella tarde, cuando yo apenas tenía 17 años, que el odio no te lleva  a nada y que la vida  tiene siempre “cosas” fantásticas  esperándote.

Ahora yo de viejo, os doy fe que es totalmente cierto. LA VIDA TE QUITA COSAS, PERO TE DA MUCHAS MAS.

¿Qué hay hijos de puta, que si volaran no veríamos nunca el sol? Si, está claro que  los  hay.

Pero bastante tienen ellos con ser como son, porqué el día que se miren al espejo y se vean…… hasta a ellos les dará  lastima de  lo que  ven e incluso alguna lagrimita se les escapará……..

!!!! pobres  ignorantes  infelices ¡¡¡¡


sábado, 2 de marzo de 2013

Cicle of eternity


Fue no hace mucho, dando un solitario paseo, cuando tuve la epifanía que me llamo a interesarme por el desarrollo personal y humano de las nuevas generaciones de nuestra especie. Al principio sólo fue un arrebatadora revelación, vi claramente la importancia de nuestra etapa de formación, ese tiempo en el que se define qué  seremos de mayor (sí "qué" y no "quién" porque hay seres que no llega a alguien y se quedan en algo), es evidente la relevancia que tienen nuestras influencias educativas, modelos y guías que nos encontramos a lo largo de ese proceso paulatino en que pasamos de ser un pequeño niñato a ser un gran hombre, pero existe una diferencia entre saber algo y que te importe y esa fue la gran inflexión en mi vocación vital. Por la gracia de los pequeños acontecimientos que acotan nuestros caminos, como los surcos de la tierra la corriente del río, mi situación en ese momento cronológico del destino y mis relaciones con el baloncesto, pensé que mi mejor opción para involucrarme en la industria forjadora de PERSONAS era hacerme entrenador.

Aun no me considero nada próximo a un entrenador ni a un docente pero como dice el dicho a quién a buen árbol se arrima buena sombra le cobija, así que yo me he metido en el jardín, con los pinos más altos y los robles más gordos que he encontrado, a esperar y ver si me cae algún fruto de inspiración. Sé que convertirme en un buen entrenador requiere un buen entrenamiento en si. Aun estoy calentando, pero pretendo saltar a la cancha, y lo digo en serio no como eso de que voy a salir a correr e ir al gimnasio, esto es mi plan de futuro, es la meta donde quiero que me entierren. Antes de proseguir debo aclarar que cuando digo gran entrenador no me refiero a entrenar grandes equipos ni conseguir grandes hitos deportivos, yo busco entender de verdad este deporte
llamado baloncesto y su relación con la vida, eso que convierte al deporte en una forma de vida y de ser, y ser capaz de transmitirlo y compartirlo con jugadores y otros entrenadores.Y en segundo lugar quiero alejarme de cualquier interpretación pedante dejando claro que no creo en absoluto que haya una única y absolutamente correcta filosofía o carta magna de valores e ideas para inculcar a aquellos a los que influimos, más bien soy de los que opinan que nadie enseña sino que ayudamos a aprender, cada uno descubre su propia versión del mundo, con suerte una no demasiado alejada de la realidad. Las ciencias son relativamente fáciles de transmitir, son conceptos concretos, demostrables y lógicos, eso si se puede enseñar pero las hostias no. La experiencia es algo que hay que sentir, es algo que las palabras y los números no son capaces de expresar y por ello algunos dicen que la única forma de aprender es callenodose y volviendose a levantar. Sin embargo, aunque es innegable la eficacia empirica de este método didáctico, tambien es cierto que el progreso
se aligera como una cometa si aprovechamos los avances de nuestros predecesores y evitamos caer en los mismos errores una y otra vez.

Hace unos meses veíamos la película La Ola, que entre otras muchas cosas demuestra el peligro de esta influencia que tenemos todos, educadores o no, en el desarrollo de los niñatos con los que interaccionamos. No pretendo revolucionar el mundo, ni ser una estrella ilustradora, solo quisiera aprender a hacerlo con cuidado y bien. Mi objetivo es transmitir todo lo que yo encontré entre mis "influenciadores", valores, ideas, formas de vida o de ver la vida que abren un mundo de sensaciones que son dignas de compartir, que todo el mundo debería tener a su alcance.

No se si recuerdan aquel famoso vídeo Steve Jobs en un acto de graduación, o evento similar, en el que concluye con la simple idea de que hagamos lo que hagamos quien queda para disfrutarlo, para aprovecharlo, para darle algún valor son las nuevas generaciones. Todas las generaciones mueren y mientras la siguiente toma el relevo otra nace, es el ciclo que continuara mientras exista la humanidad y si queremos que algo nuestro sea eterno, o por lo menos tan longevo como nuestra especie, tendremos que integrarlo a ese ciclo. Tuve un profesor que decía "la vida puede tener sentido o no tenerlo, pero eso lo eliges tú", le podemos dar el sentido que queramos a la vida, y el mio es ser participe activo de mi influencia en ese ciclo para dejar una pequeña huella, no mía sino nuestra, una huella brillante e inspiradora.

viernes, 1 de marzo de 2013

AZARA

El 27 de Febrero de 2013, fallecía mi tía Pepita con 96 años, la han incinerado y desde ayer sus cenizas reposan junto a su hermana, mi querida madre.
 Muchas cosas he escrito en este Blogg sobre ella directa o indirectamente, quizás la más concluyente es que LAMENTABLEMENTE llevaba muerta pero viva, más de 30 años.
 He aprendido de esta mujer bastantes cosas, incluso algunas negativas o que se deben afrontar de forma diferente, pero quiero destacar sobretodo una que precisamente ella no practicaba nunca, QUIERO REIRME, NO QUIERO DEJAR DE HACERLO JAMAS. Mi madre, al revés que Pepita lo hizo hasta el último suspiro de su vida…..y yo por cierto, llevo desgraciadamente, varios meses sin reírme lo mas mínimo, pero esa es otra historia.

Si me perdonáis quiero hacer este juntaletras público de hoy un poco personal, que sirva como un pequeño y humilde homenaje a los AZARA.
Existe en Huesca en la comarca del Somontano (buenísimos vinos, por cierto) un pueblo que se llama precisamente, Azara.
 Como ya sabéis algunos, mi tweet es precisamente @arg_AZARA, en recuerdo a ese apellido.
 Con el fallecimiento de mi tía Pepita desaparece el apellido Azara de nuestro árbol genealógico.
 Mi madre y sus hermanos tenían como apellidos Giménez Azara. Giménez con “G” precisamente como la procedencia de los Azara, Aragonesa (no vale decir ahora, que se entiende mi cabezonería, sería un chiste fácil).
Azara, tiene cierta relación con la aristocracia y según me contaba Pepita, mi abuelo materno, se traía cierta coña con su mujer, a costa de un linaje venido a menos, llamándola “marquesita”.
 La vida de los Giménez-Azara no fue nada fácil (reíros de la actual crisis). La Sra. Azara (mi abuela materna) murió relativamente joven, víctima de una de las muchas enfermedades típicas de la época. Dejando al Sr. Giménez (mi abuelo) viudo y con cinco, si si, cinco hijos que sacar adelante. El pequeño, Agustín con apenas dos años.
 Mi abuelo músico de profesión, trabajaba en el viejo Teatro Apolo de Madrid y supongo que de ahí heredé la afición junto a mi madre y mi tía por la Zarzuela, música que por lo visto, era la que más sonaba el aquel histórico teatro. Él se volvió a casar de segundas nupcias, con una de las coristas de la compañía, que a su vez también tenía un hijo, aunque este ya mayor.

 Mi madre, que era la mayor de todos los hermanos, se encontró de golpe con la responsabilidad de tener que cuidar de toda la prole y según palabras de Pepita, siempre se sintió como la sirvienta ante su madrastra.

 Elena, que así se llamaba mi madre, merecería cientos de páginas, porque la verdad fue un ejemplo de muchas cosas, pero si me extendiera todo el mundo diría que se va a decir de una madre y más si es su hijo quien lo firma. Así que seré conciso.
 La pobre fue víctima de todas las circunstancias adversas posibles, primero la muerte de su madre, después la responsabilidad de cuidar a sus hermanos, luego la pérdida de su padre, a continuación la Guerra Civil en un Madrid sitiado, donde el hambre era el denominador común, después una posguerra que no fue precisamente nada glorioso. Si además añadimos un matrimonio de “penalti” nada “entusiasta” con un marido muy egoísta, que nunca la valoró y para colmo de todo, una ceguera que le llegó en sus últimos 10 años, hacen que los 83 años que vivió fueran claramente dignos de reverencia y admiración.
 Pero a pesar de todo tuvo una característica espectacular, que me hace admirarla, NUNCA PERDIO LA SONRISA, JAMAS PERDIO EL SENTIDO DE HUMOR, mantenía un humor muy castizo muy de Arniches, era increíble verla reír y hacer bromas sobre cualquier cosa, a pesar de todas las desgracias acumuladas a lo largo de su vida.

 La segunda hermana era Pepita, ella fue también muy especial, una “mujer coraje” sin duda, que junto a mi madre le toco vivir tiempos muy duros. Pionera en tiempos donde la mujer estaba relegada a un papel secundario y por supuesto, en casa y con la pata quebrada, ella fue de las primeras mujeres que fumaba, de las primeras mujeres que conducía cuando no había ni coches en Madrid.
Todo ello seguramente porque si a Elena le toco el papel de cuidar a los hermanos, a Pepa le tocó el papel de buscar el dinero para subsistir y todo esto en plena guerra y posguerra, obligándola a moverse por todos los sitios en busca de trabajo y siempre teniendo que  huir hacia adelante, forjando de esta manera un carácter sin duda de incansable luchadora.
Tuvo una vida profesional muy interesante que espero poder documentar algún día.
Después de trabajos básicos como mecanógrafa, aprendió taquimecanografía y a base de un montón de horas al día, sacaba el dinero justo para el sustento de toda la familia.
 Consiguió llegar a puestos relevantes o de cierta responsabilidad, como ser una de las secretarias del llamado “cuñadísimo” es decir, D. Ramón Serrano Suñer cuñado de Franco y hombre que aglutinó muchísimo poder en los primeros años del franquismo. Tanto poder que Franco terminó por apartarle del Gobierno, por miedo a que al final, por ser un hombre querido, bastante preparado, muy erudito, terminara arrebatándole  la Jefatura del Estado.
 Si os recordáis, hay una foto muy famosa de Franco saludando a Hitler en la Estación de Hendaya en presencia de Serrano, pues bien, en el tren que se encuentra detrás, iba como secretaria Pepa. Después, supongo que por esas influencias italianas en la guerra civil, tuvo la oportunidad de trasladarse a Italia donde estuvo trabajando en Delegaciones Comerciales de aquel País. Esto le obligó lógicamente a vivir muchos años entre Milán y Roma, por supuesto también a dominar el italiano perfectamente, idioma que hablaba casi mejor que el español.
 En esta etapa tiene otra experiencia increíble, al formar parte de la Delegación Comercial Italiana que en Roma (1957) por medio de su Tratado se crea la Comunidad Económica Europea (CEE). Esta circunstancia la llevará a vivir más adelante durante cierto tiempo en Bruselas.
 Posteriormente se trasladará a Madrid para trabajar en la Embajada Italiana y en ese momento con unos 14 años es cuando empiezo a tener una relación más estrecha con ella.
 Pepita Jiménez, decidió que su Giménez fuera con “J” porque así se pareciá a la Pepita de la novela de Juan Valera.
 Fue muy particular, seguramente por todo lo explicado hasta ahora, por su vida anterior de miseria y lucha. Por su posterior triunfo en la vida, dentro de una vida machista donde la mujer era solo un adorno, en el mejor de los casos. Ella se inundó de bailes, vestidos y vida de alta sociedad, que sin duda la distanciaba mucho de su vida inicial.
Todo ese “rebujito” hicieron de ella una mujer diferente, especial, con ciertos complejos y muchos “tics” sociales, digamos con una cierta dosis de "tonteria social" fuera de tono.
 Cuando yo era joven, me tenía, deslumbrado, asombrado e hipnotizado, ella era mi confesora y mantenía largas conversaciones con ella, sobre cualquier tema. He de reconocer que gracias a esas conversaciones, sé lo que sé, de mi familia materna porque nadie me contó nada jamás, todo eran sombras y miedos.
Con los años fui descubriendo demasiadas “cosas que no cuadraban” en su vida, sombras no de mala intención ni mucho menos, sino de manipulación, de exceso de protección si queréis. Una protección mal entendida con los suyos.
 Su forma de ver la vida era tremendamente Victoriana, cosa que hoy no pega ni con cola, pero además, su trato con la Diplomacia, la había recubierto con una piel de fingimiento absurdo, de estupidez social fuera de tono, de vacío que era totalmente grotesco. Era capaz de estar horas hablándote de “visita” sin decir absolutamente nada, eso sí, con una sonrisa exquisita en la cara.
 Sus parámetros en la forma de contemplar la vida eran únicos, confieso que a nadie he visto nada parecido. Por muy preparado que estuvieras te podía sorprender en cualquier momento con su forma de pensar y claramente razonado a su manera, sus argumentos eran barrocos pero extraordinariamente lógicos, eso sí trasnochados.
Haberla tratado ha sido una gran suerte para mí, me ha ayudado mucho para ser lo que soy, aprendí millones de cosas, ver diferentes situaciones a su lado, de como hay que afrontar muchas cosas, incluso alguna como hay que hacerla pero al revés. Su forma de dar las vueltas a las cosas eran increíbles,  ni el mejor guionista sería capaz de igualarla y os aseguro que de eso se aprende un montón.
Consiguió terminar no hablando con ninguno de sus hermanos, excepto con mi madre.
Su carácter dominante lo aplicó hasta cuando sus hermanos eran adultos y a ellos nunca les pareció una buena idea. Quería controlar todo lo que ocurría, ella era la que movía siempre el mundo. Inacín la definió en su día perfectamente..... tu tía es INSOLENTE, despreciaba a todo aquel que no"tuviera chaqueta y corbata".
Además con los años tenía otro problema, NO QUERIA ENVEJECER, NO LO ACEPTABA y ese fue su gran martirio, un martirio que duró más de 30 años y que a la pobre la mató en vida.
 Contaré una anécdota para que me entendáis mejor, estábamos viendo las Olimpiadas de Sidney y era el momento de una carrera de 400 m femeninos. Exclama de improviso……hay ya no puedo correr como ellas…. lo dijo como si alguna vez hubiera corrido, no como ellas sino trece minutos más lenta. Alguien pensará que se le había ido la cabeza, pues os aseguro que no, que ha muerto casi al 70% de su cabeza y en ese momento, hace años estaba perfecta. Simplemente nunca admitió que los años iban pasando y en vez de disfrutar un descanso tranquilo con el dinero ganado decidió amargarse y cuando veía que los años la limitaban se fue deprimiendo, ese era  su problema y ese fue su mal.

De todas formas yo siempre guardaré un buen recuerdo de ella, aprendí muchas cosas y los millones de anécdotas y situaciones vividas lo merecen.

 Florentino es el tercer hermano Giménez-Azara, quizás el más flojo físicamente, el de carácter más débil, el más enfermizo, le pilló su niñez en plena antesala de la guerra y debieron ser tiempos donde el hambre, la miseria y las dificultades si eras un niño tenía que ser algo muy durito.
Seguramente todo ello era el caldo de cultivo para que muriera relativamente joven.
 Yo nunca tuve muy buenas relaciones con él, porque en la época que frecuentaba mi casa, estaba siempre manipulado por mi padre que le trataba como un esclavo y yo en guerra permanente con mi padre pues me parecía fatal y no soportaba la situación, se lo reprochaba constantemente pero el pobre era incapaz de matar ni a una mosca.
 Era cocinero de profesión,un buen cocinero, se mataba a trabajar, lo hacia de sol a sol y en algo que Pepita siempre tuvo razón, Florentino se ganó cada centímetro de su casa a base de sudárselo, solía decir. Era como una hormiguita, trabajaba y ahorraba. No no, no era huraño, ni mucho menos. Lo debió pasar tan mal de pequeño que debía tener pánico a quedarse otra vez en la miseria pero………ironías de la vida, después de toda la vida ahorrando, se murió relativamente joven sin disfrutar para nada su esfuerzo.

El siguiente hermano es Isidro, realmente tiene muchísima culpa de lo que yo soy. Vivía con nosotros y había sido Gimnasta de élite, es decir era junto al famoso Joaquín Blume, uno de los buenos de la Gimnasia Deportiva de aquellos tiempos.
 Ser Gimnasta es un dolor, estricto en comidas, disciplinado, en fin un dolor ya os digo. Isidro, se ocupó de intentar hacer algo de provecho conmigo y me empezó a entrenar, me llevaba al gimnasio,  me enseñó a hacer el pino, me hizo un buen plan físico, puso además en la terraza un trapecio, los fines de semana me llevaba a la Casa de Campo, con su equipo de gimnastas para entrenar y así   incluso llegue a prepararme para hacer el “mortal” hacia adelante pero…….un día casi hago el mortal de verdad y me pegue una…….y explique a Isidro que mejor a otra cosa, el hombre entonces optó por enseñarme a nadar y ahí estuve unos cuantos años, incluso participando en competiciones federadas. Posteriormente con mi ingreso en el Instituto Ramiro de Maeztu, fue mi acercamiento al baloncesto definitivo.
 Isidro era profesor en el Colegio Alemán, en ANJA una especie de INEF antes del mismo y también tenía un grupo de gimnastas en el Gimnasio Moscardó, por supuesto al vivir en casa era inevitable tener sus consejos y recomendaciones a diario, por eso en él, encontré al padre que no encontré en el padre biológico.
 Isidro me marco como persona cercana al deporte, me enseño un montón de valores importantes y guardo un recuerdo increible de él. Por eso, cada vez que me encuentro con alumnos suyos me siento muy satisfecho de ser su sobrino y engordo un poquito mas.

 El último hermano era Agustín y como ya dije era muy pequeño cuando murió su madre, por lo que a Elena le correspondió el papel de hacerlo. Poco puedo decir de él, pues no lo conocí. Los Giménez-Azara que como decía Pepita eran ejemplares y estaban muy unidos ¿? no se habló jamás con mi madre, que yo recuerde, pero no porque viviera en Australia pues vivía en Aluche (Madrid), pero no solo con mi madre, que encima le cuido desde pequeño, tampoco se hablaba con Pepita, ni con Isidro, ni con Florentino, supongo que se olvidó que tenía hermanos, de echo murió con la enfermedad de Alzheimer, probablemente por eso.
 Pepita tenía una teoría muy graciosa con un planteamiento algo parecido.

 El problema real de todo era que no se podía argumentar, como entre todos los hermanos de esa “familia ejemplar” no se trataban ninguno entre sí, a Pepita era algo que le atormentaba constantemente y siempre se “defendía” inventándose historias imposibles.
Pero bueno, ya nadie podrá explicarnos la realidad de que paso de verdad.

 Este ha sido mi pequeño y humilde recuerdo a los GIMENEZ-AZARA, hasta siempre familia