martes, 10 de mayo de 2011

odio, ira, furia, y dolor

Odio;
La primera llama que desgarra el alma
Aversión a la realidad y a la insufrible verdad
Repulsión entre la ambición del destino y el deseo genuino
Reflejo de la inminente fatalidad amenazante en el horizonte
Oscuridad que al naufrago abriga en el mar de la agonía
Cebo para los demonios del corazón sin patrimonio

Ira;
La segunda llama que la venganza aclama
La espada del inerme guerrero olvidado del miedo
Impulso de inagotable energía en dirección perdida
La amargura del frío en los huesos congelados en brío
Cirio en las rimas del rapero del delirio
Mirada envenenada en rabia y en cólera impregnada

Furia;
La tercera llama, la que la esperanza mata
Traición y rebelión de los sentidos contra la razón
Ofuscación por acabar lo infinito porque ya no tiene sentido
Anarquía entre el caos de un reino acabado
Huracán desenfrenado en una tormenta de llantos propios por lágrimas de otros
Un río de sangre que se derrama en una cascada que no acaba.

Dolor;
Sombra de las llamas inseparable de las brasas
Chispa que compendió el desenfreno del incendio
Calvo iracundo oxidado en lo más profundo
Tirano que tortura al condenado
Foco del averno en el que se convirtió un bosque yermo
Ceniza que permanece cuando todo perece

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