LANZAROTE ANTES TAN LEJOS AHORA TAN CERCA

Me llamo TINGUARO que es el nombre de un Príncipe de Lanzarote Guanche (que son los antiguos indígenas pobladores de las islas canarias), pero en realidad, soy un adolescente de Alcobendas que ha vivido una historia muy emotiva en un reciente viaje a Canarias y mas concretamente a Lanzarote.
He adoptado el nombre de Tinguaro como pequeño homenaje hacia aquellas lejanas tierras que tan maravillosas vivencias me han hecho disfrutar en unos días muy agradables y emotivos.
Para que una buena historia se precie siempre necesitamos de un narrador, así que a partir de ahora ese narrador continuara contando mis experiencias. Hasta siempre amigos de Lanzarote.
Tinguaro practicaba el baloncesto, su deporte favorito en el Club B. Alcobendas. Un día le comentaron tanto a el como a sus compañeros que habían invitado al equipo FUNDAL ALCOBENDAS a jugar un Torneo en Lanzarote.
En un principio Tinguaro como algún otro, le costó un poco ubicar Lanzarote en el mapa, así como confundir La Palma con Las Palmas o Palma de Mallorca, pero rápidamente se aclararon las confusiones y sí, estaban hablando de un viaje en avión a las Islas Canarias.
El entrenador dijo que eran más de dos horas de viaje, Tinguaro pensó que entonces, debía de estar muy lejos esa isla. Al llegar a casa, rápidamente se metió en internet a buscar cosas de Lanzarote y lo primero que descubrió, fue que era la isla canaria que estaba mas cerca de África, que era alargada, volcánica y que no llegaba a los 80 km de longitud de punta a punta.
El siguiente descubrimiento fue que al mirar la documentación, el avión no tardaba lo mismo para ir que para volver. Que raro pensó Tinguaro, pero enseguida recordó que llevaba toda la vida escuchando aquello de tal hora y una hora menos en Canarias. Jejejeje , iba a ser eso. Después de tanto oírlo iba a comprobar personalmente esa sensación.
Llego el ansiado día del viaje, habían quedado temprano en el Aeropuerto, pero Tinguaro apenas pudo dormir, nervioso por el viaje, nervioso por llevar el DNI que el entrenador repitió un millón de veces que si se olvidaba no podría viajar. Nervioso porque el año anterior había hecho con el Club un viaje a Málaga, fueron en el AVE y le pareció una experiencia increíble. Así que ahora en avión a un sitio tan lejos, a jugar encima a baloncesto, conocer otros chicos que también lo practican le parecía a Tinguaro algo increíble y maravilloso.
Ya estában volando, silencio entre todos los jugadores, quizás el sueño, quizás las expectativas de lo que les esperaba. Cada uno almacenaba una inquietud y un pequeño pronostico de como seria Lanzarote y lo que les depararía estos futuros días. Tinguaro, era la primera vez que volaba y desde ahí arriba contemplando las nubes, que hacían como si fuera una pista de nieve y donde lo poco que se veía de tierra era diminuto se sentía feliz. Feliz por el viaje en sí mismo, feliz por ir en ese avión junto a sus compañeros de baloncesto y feliz por estar en un Club como el Alcobendas que le permitía vivir esta experiencia.
Por fin el avión aterrizo, nervios, bullicio, ahora si que era real, ya tocaban suelo Canario, estaban en Lanzarote. La gente de pie, en los pasillos del avión recogiendo sus cosas, cuando uno del equipo dijo……”uf son las dos y media, que ganas de comer…..”, rápidamente Tinguaro replico…..”ey chicos acordaros de una hora menos en Canarias, es la una y media”.
Recogidas las maletas les esperaba un responsable de la Organización del Torneo y en este momento aprendieron algo nuevo. Les dijo ……”salir y la GUAGUA os llevara a los apartamentos”.
Guagua que gracioso, en Canarias los autobuses no se llaman así, sino Guaguas, el conductor no es conductor es guagüero. Jejejejeje que gracia pensó Tinguaro, acabo de llegar y he aprendido una palabra que desconocía.
En efecto, esa era la primera palabra que aprendió de las muchas que vendrían en días posteriores: cholas, átate las ligas (átate los cordones) tenis (zapatillas de basket), chinijo, papas arrugas, un envuelto (tortilla francesa), choso (casa), enchumbar, cambar, escachar, millo, pelete, sancochar, tolete, trabas del pelo, etc.
Por fin, los apartamentos. El entrenador había permitido que se instalaran como quisieran, así que Tinguaro eligió a uno del equipo que se lleva muy bien con el.
El apartamento era chulo decía Tinguaro, eligieron cama, colocaron la ropa y fueron al comedor. El comedor era tipo buffet, es decir podían elegir y comer lo que quisieran.Pero como tenían partido después no podían abusar demasiado
Fueron días de muchos partidos donde llegaron además a la final que por cierto, perdieron.
Pero Tinguaro, al margen de los partidos, comprobó muchas otras cosas. Descubrió una Isla preciosa, maravillosamente decorada gracias a la sabiduría de aquel fenomenal artista llamado Cesar Manrique, que consiguió decorarla de forma que tuviera el atractivo turístico que hoy tiene. Por cierto, el proyecto de “La Vaguada” en Madrid es de ese artista.
Descubrió también que las chicas canarias son algo especiales, será su forma de hablar dulce acaramelada. Además de que son muy bonitas. Tinguaro volvió a Madrid con un buen montón de direcciones de tuenti y otras redes sociales.
Pero lo más importante que Tinguaro se ha traído de este viaje son sus reflexiones. Reflexiones sobre cosas que nunca se había planteado y que ahora conoce.
“El viaje ha sido inolvidable, dice Tinguaro, me ha gustado mucho Lanzarote, me impresiono ver el volcán de Timanfaya, las playas, ahora LANZAROTE ya no esta tan lejos. He conocido también chicos y chicas de allí, he comprobado que no solo a nosotros nos gusta el baloncesto, sino que hay lugares en España que no tienen nuestros medios ni las facilidades que tenemos, pero que les gusta el baloncesto tanto como a nosotros y además son capaces de ganarnos.”
“Pero lo mas importante para mi, sigue diciendo, ha sido descubrir a mis compañeros. Me explicare. Salimos de Barajas 10 jugadores formando pequeños grupos, de dos ó tres, incluso alguno no formaba parte de ningún grupo. Hemos vuelto formando un grupo de 10.
He tenido la oportunidad en estos días de hablar con algún compañero al cual nunca le había dirigido la palabra y si lo había hecho era para recriminarle un balón perdido o un tiro fallado.” “He descubierto que mis compañeros y yo jugamos bajo un mismo color, un mismo escudo y un mismo nombre, FUNDAL ALCOBENDAS. Esa es nuestra fuerza, pero no deportiva, que también, sino humana. Que perdida de tiempo más lamentable no conocer a mis compañeros llevando años junto a ellos. Chicos como yo, que tienen las mismas inquietudes que yo, que les gustan las mismas cosas que a mi y que tienen los mismos “problemas” que yo tengo”.
Finaliza Tinguaro su reflexión diciendo: “Ahora los que antes eran amigos ahora lo siguen siendo, incluso mas, pero todos nos respetamos y TODOS sabemos que nos necesitamos y juntos, empujando en la misma dirección conseguiremos llegar donde nos propongamos y EN EL BALONCESTO TAMBIEN.

Andrés Rodríguez
Simplemente un entrenador de baloncesto