viernes, 23 de octubre de 2009

El peligro de la autocomplacencia

Ha ocurrido algo grave, o mejor dicho, hubiera sido grave si no fuera porque la persona a la que le ocurrió nunca se le ha puesto piedra en el camino por delante. Y esta no será una excepción.

Iba a escribir algo sobre los caminos del éxito. Sobre cómo afrontar los vaivenes de la vida, o de la profesión (que en algunos casos es lo mismo). Aprovechar el tiempo que pasas en la mierda para continuar aprendiendo, para observar, comparar y esperar. Sobre todo esperar el momento en que estás listo para afrontar algo especial, y además preparado, ya que no es lo mismo estar listo que preparado. Cuando no eres notorio en ciertos entornos debes aprovechar la oportunidad. Ya saben, one shoot. También pensé en escribir algo en inglés para hacer la gracia, pero no pintaba nada una estupidez en medio de tanto texto descorazonado por parte de mis amigos.

Así que el suceso antes citado me empujó hacia el ordenador para teclear sobre la autocomplacencia, uno de los mayores peligros que nos acechan. Además de que el protagonista del texto es uno de los nuestros, lo cual hacía mas urgente mi exposición. Cuando pasa el tiempo y has trabajado, mejorado y sentido ciertas cosas puedes desembocar en una salida hacia el conformismo o el pesimismo que te ata de pies y manos (o mejor dicho, que te bloquea el cerebro). Estábamos sentados tomando algo fresco en una noche calurosa y muy agradable. No quisiera reproducir la conversación porque habría detalles superfluos, pero si subrayaré algunas frases: "No consigo que nada me motive". "Creo que soy un gandúl, y lo peor es que me encanta serlo". "Pensé en trabajar en algo en el que no haya que hacer nada interesante. Bombero estaría bien"

De antemano pido disculpas por si alguien que lee esto se ofendiera porque textualmente no está exactamente igual, pero eso es lo que yo capté del mensaje.

Mi replica, y animo a la reflexión, será directa, sin adornos. Sin retórica. Lo sabemos, si. Nos creemos buenos, diferentes. Tenemos un potencial especial. Sentimos algo distinto, somos algo distinto. Todo eso está bien. Pero no hay que olvidar por qué fue así. No es lo mismo ser un caradura, o ser listo, que ser un gandúl. Cuando nos besamos los unos a los otros creyendo que somos la bomba, que no hay nadie como nosotros, puede que sea cierto, pero ese será el momento en que la autocomplacencia nos debilite. Porque lo olvidamos. Pero hay gente que sigue preparándose, que sigue creyendo, que está deseando ser BUENO y no pararán hasta conseguirlo. Y lo más importante. Alguien es bueno cuando después de saberlo todo se sigue preguntando el por qué de las cosas .


Cuando dejas de mejorar dejas de ser bueno. Por favor, no lo olviden. Yo no lo haré nunca.

3 comentarios:

Unknown dijo...

No se ni quiero tampoco saber de quien fue ese comentario, por el simple hecho de que cualquiera de nosotros se sentiría identificado con él. Estoy seguro de que en algún momento, a partir de aquel otro, alguno se ha sentido de esa manera.
Gracias Juanki por recordar la importancia de los pequeños detalles, que siempre son los más importantes. Son a ellos a los que hay que recurrir cuando las cosas no van bien, ya que son la base del cometido bien hecho.

Coach ATM dijo...

Gracias Juanki. Por estar ahí. Por ser tú. Por compartirte.

Unknown dijo...

Ante todo gracias Juanki por dicha experiencia. Hasta hace poquito vivia en ese mundo maravilloso de que bueno soy , pero he aterrizado por diversas cuestiones que no voy a nombrar para no aburrir. Vivimos muchas veces en una mentira constante, en gente que se engaña a si misma creyendo que lo sabe todo, sin ni siquiera juzgarse a si mismo. Cada vez que miro a mi alrededor y veo a gente que subestima al resto porque piensan que son los dioses me pregunto hasta que punto debemos soportar dicho pensamiento ajeno. Debemos aguantar? que debemos hacer?. Mientras tanto seré egoísta y seguiré mirando hacia delante por mi mismo y por los que me rodean y quieres ser mejores y no se conforman. un abrazo