domingo, 13 de diciembre de 2009

Cómplice

La mezcla de algunas palabras resulta muy agradable. Sacrificio, esfuerzo, tiempo, sufrimiento, caer. Mezclado con recompensa, amistad, resultado, vivir, sentir. Supongo que muchos saben de lo que hablo. Pero qué pasa cuando ahora, además, subrayo la palabra "crear". Una de las razones que más nos impulsa a los entrenadores a seguir en alza es que podemos crear. Vamos moldeando detalladamente, despacio, a fuego lento. Viendo como poco a poco todo va ocurriendo casi mágicamente y va en la dirección adecuada. Pocos pueden imaginarse lo que se siente al sentirse creador. Pocos pueden imaginarse lo que se siente al saber que, mientras creas, cambias, haces crecer; te cambian, te crean,te hacen crecer.

Pues hoy, mi entrada va dedicada a mi guitarra. ¿Qué tiene que ver? Mucho. Primero porque si cambiáramos el contexto del basket por el de la música en el texto anterior ¿qué diferencia habría? Vale, cuando haces música lo haces sin gente, con tu soledad (me da que se parece mucho al baloncesto) pero esperen al final de la entrada, si es que consigo enlazar y expresar lo que quiero hacer llegar. Verán como sin las personas que nos llenan cerca, tampoco habría música. Un profe en el curso de entrenadores dijo algo con lo que estoy de acuerdo: Lo menos importante del baloncesto es el baloncesto. Creo que lo estamos demostrando. No importa lo que hagas si lo haces de VERDAD. Y todo lo que hagas de verdad tiene mucho en común.

¿Qué es la guitarra para mi? Alguien (ni siquiera algo) que nunca jamás te falla. Siempre está ahí, dispuesta a esuchar. Dispuesta a hablarte. A veces la acaricas suavemente. Ella se enternece, te devuelve algo parecido. Otras veces necesitas desahogarte, lloras, te lamentas. Ella llora contigo, te comprende, te consuela. Otras pasas por delante de ella, la ignoras. Pero no importa, siempre te espera. Le gusta ser coqueta. Se sabe artículo de lujo. Es mi cómplice. No se puede comparar siquiera con la sangre que corre por mis venas. No necesita tanto canal. Entra por el oído y va directamente al corazón.

No soy un gran guitarrista. Ni siquiera soy guitarrista, solo toco un poco y casi siempre me equivoco. Tengo muchos amigos músicos que desde pequeños dedicaron su vida a tocar. Si algo merece llevar calificativos como sacrificio, esfuerzo, tiempo, sufrimiento, caer, recompensa, amistad, resultado, vivir, sentir... éso es la música. Muchos son los años que se pasan sin crear, sin afinar, sin tocar nada parecido a algo decente. Torpeza y tiempo. Sensación de no avanzar. Incluso dolor físico (que se lo pregunten a los dedos) Tocar un instrumento y crear música no es nada fácil. Mucho respeto siento por cualquier músico. De ninguna manera se puede llegar a ser músico sin haber dedicado mucho tiempo de la vida a serlo. Es admirable.

Ahora viene la relación. Lo que nos hace seguir creando no es solo nuestra visión egoísta de sabernos creadores y jactarnos de ello. Es además, una sensación de corresponder, responder, o preguntar a todos esos seres que nos hacen dar sentido a todo aquello por lo que vivimos. Por lo que creamos.Por lo que creemos. El siguiente video creo que resume muy bien todo lo que quiero expresar. Me vino una palabra en el primer instante en que lo vi. CÓMPLICE.



Pd. Si alguien cree que esto es muy difícil, se equivoca. Es lo siguiente

2 comentarios:

Coach ATM dijo...

"...moldeando detalladamente, despacio, a fuego lento. Viendo como poco a poco todo va ocurriendo casi mágicamente y va en la dirección adecuada."

"...mientras creas, cambias, haces crecer; te cambian, te crean,te hacen crecer."

Gracias Juanki, por ser la prueba de que todo merecía la pena.

Unknown dijo...

¡Qué Maravilla Juan Carlos! Es Precioso. Gracias por compartir esto. Se confirma que eres el Editor que más enamora del Blog.

Y he visto el vídeo. Me he sentido entre acojonado, excitado y enamorado. ¡Alucinante!

PD: ojala nosotros hubiésemos llegado a jugar como tocan esos.